"El Señor nos puso en este mundo y nadie sabe más que Él, cuando es el momento de partir".

Su voluntad es grande y si quiso disponer de la vida de nuestro amigo, es porque tiene guardado un lugar en el cielo para el. Permanecerá vivo en nuestros recuerdos y en estas páginas. Desde aquí lleguen nuestras oraciones.

Gracias Aldo por su amistad y colaboración con nuestra publicación, seremos agradecidos eternamente.

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de recorrer el camino a nuestro lado y se convierten en nuestros AMIGOS… amigos del alma… amigos del corazón. EMA era una de esas personas.

Hoy, congojados ante su desaparición física, queremos hacer una valoración especial de su vida dueña de una larga lista de virtudes y acciones positivas cuyo vacío solamente lo llenará su recuerdo.

A través de los años compartidos, nos brindó la posibilidad de conocerla, valorarla, quererla y tomarla como ejemplo por su sencillez, sabiduría y por sus altos valores morales.

Escuchada y respetada fundó, junto a otras mujeres, la CASITA DEL NIÑO CRECIENDO en nuestra localidad, entidad que, por su accionar al servicio del bien público, es un verdadero ejemplo que enorgullece a los suardenses.

Ema fue una mujer excepcional que aportó con su presencia responsabilidad, serenidad, equilibrio y amistad en todos los ambientes en que participó.

Entre sus otras fortalezas, no podemos de dejar de destacar el valor de su familia que supo conformar junto a su esposo e inseparable compañero “Lito” y, a través de esa unión, la llegada de hijos e hija y nieta, en jóvenes de bien.

Las alternativas de su enfermedad, la seguimos con ansiedad a lo largo de su último año, por ello nos sentimos afectados hondamente por su muerte y pedimos de veras al Señor Nuestro Dios, fortaleza y, junto a su afligida familia, la resignación cristiana y el descanso de la Paz de nuestra querida AMIGA.