Una plaga olvidada, las langostas
Por sus condiciones geográficas y climáticas nuestro país no está libre de plagas. Desde los tiempos coloniales la langosta fue un verdadero azote para la agricultura y literalmente arrasaba millones de hectáreas.
Nuestros mayores aún recuerdan con tristeza y temor lo que significaba avistar en el horizonte las impresionantes mangas, que tomaban un color oscuro como si fuera una tormenta, y cuyo sonido era audible a kilómetros de distancia. Venían desde Paraguay y el sur de Brasil, y nada se podía hacer con un insecto adulto. Sólo había una posibilidad y era cuando se producía el desove de las mosquitas –langostas recién nacidas- utilizando lanzallamas. Al transformarse en saltonas se usaron cientos de metros de chapas conocidas como “chapas barrera”, que los colonos colocaban en los campos y las eliminaba con cebos tóxicos. También se combatía el desove comprándose los huevos de langosta.
En julio de 1949 toda la zona estaba invadida por esta plaga. En esos días de mucho frío procuraban eliminar la manga desde Selva hasta Balnearia y desde la Mar Chiquita a Suardi con cuatro aviones. Fue realmente efectivo ya que no apareció otro ataque de langostas en la zona. Consistía en sobrevolar la zona –centro y norte del país- con aviones militares realizando el plan llamado “antilangosta” utilizando un producto tóxico y químico llamado “arseniato de sodio”.
De esta manera se eliminó esa desbastadora plaga en el país.
Centro de Estudios Históricos