Mente Sana

01.06.2014 00:01

“Los beneficios de dejar marchar”

Para vivir en bienestar y constante crecimiento, deberíamos aprender a dejar ir situaciones o personas que no nos aportan calidad de vida. Nos suele costar no aferrarnos a cosas, ya que el ser humano se siente más seguro ante lo conocido y ante la pérdida de algo a lo que estábamos acostumbrados, aparece el temor e incertidumbre.
Parejas que no son felices y siguen juntas, trabajos que amargan la existencia, amistades tóxicas, familia que coarta la libertad, etc… Hay tantísimas situaciones y personas que nos rodean y empeoran nuestro bienestar, y aun así, a veces nos empeñamos en seguir aferrados a ello….

¿Por qué es tan importante aprender a dejar ir?

Porque la vida es tan cambiante y ofrece tantas cosas nuevas, que aferrarse a algo que no funciona, es conformarse con una calidad de vida que podría mejorar si supiéramos dejar que la vida fluyera de forma natural.

Dejar ir significa aceptar cada situación como es. Significa no forzar las cosas y dejar que todo fluya naturalmente.

Dejar ir también las ideas
También, a menudo tenemos ciertas ideas que deberíamos dejar que se esfumaran para aumentar la felicidad. Muchas veces en vez de dejar que todo fluya nos empeñamos en que las cosas sucedan a nuestra manera.

Planes de fin de semana que no se concretan, creer que sin pareja no se puede ser feliz, trasladarnos al pasado para lamentarnos, creer que no somos válidos, evitar hacer cosas por miedos, etc... Toda idea que provoca un sentimiento negativo, deberíamos dejar que se esfumara de nuestra mente.

Si no tuviéramos pensamiento, probablemente disfrutaríamos más de la vida porque nos dedicaríamos a vivir el momento tal y como está, sin intentar modificarlo, aceptando todo tal y como es, solo estaríamos centrados en pasarlo bien, nos adaptaríamos a lo que hay y no trataríamos de adaptar la realidad a nosotros.

Desprendámonos de los apegos

La naturaleza es sabia, hasta los árboles dejan caer sus hojas en otoño para que crezcan nuevas y vigorosas. Toda situación puede verse desde la perspectiva de lo positivo o negativo.
Entrenemos nuestra mente para ver lo bueno en cada momento y cuando sintamos que es necesario, renovemos nuestra vida, soltemos lo que nos hace infelices, dejemos los apegos atrás para poder seguir fluyendo.