Las canas y el estrés, ¿están relacionados?

01.08.2016 00:01

¿Qué son las canas?

Las canas se producen porque nuestros folículos pilosos, donde crece nuestro cabello, dejan de fabricar una sustancia conocida como melanina. Esta es la sustancia encargada de dar color a nuestro pelo, de “teñirlo” de su color natural. Por otro lado, la degeneración del proceso de fabricación de la melatonina comienza en torno a los 30-40 años en la raza blanca y 10 años más tarde en la raza negra.

Esto quiere decir que el progresivo encanecimiento del cabello sí está asociado con la edad. Sin embargo, los casos excepcionales, los casos en los que en un corto período de tiempo se decolora todo nuestro pelo, están influidos por algo más. Este algo más es la situación excepcional, el estrés, que partiendo de nuestra mente influye en todo nuestro cuerpo. Empezando por el corazón, ya que altera sus constantes.

Existe un tipo de alopecia areata, que es conocido precisamente con el nombre de “el síndrome de María Antonieta”, ya que lo que le sucedió a la consorte no se considera un encanecimiento repentino del cabello, sino una abundante pérdida del mismo, lo que dio al cambio de color.

La sensación de la pérdida de color que se produce en este caso está causada porque los pelos más oscuros son los que se caen primero, por lo que si antes ya había alguna cana, estas se hacen más visibles. Eso sí, este tipo de alopecia no se produce en un solo día, sino que tarda varias semanas en desarrollarse.

El estrés si se considera un desencadenante de este proceso, pero para que se produzca tiene combinarse con una predisposición genética.

 

El estrés, la edad y las canas

Teniendo en cuenta todo lo anterior, se puede concluir que el estrés también influye en nuestras canas si la situación estresante es de un nivel tan grande que es evaluada como peligrosa para nuestra vida, no dejando clara su relación con el estrés si los estresores son más parecidos a los que nos encontramos en nuestra vida cotidiana: menos agudos y más crónicos.

Aún así, tomarse la vida con filosofía, ser feliz con lo que tenemos y disfrutar al máximo dentro de nuestras posibilidades, siempre es bueno para nuestra salud física, nuestra salud mental y, por supuesto, la de nuestras canas.