Febrero 2017
Se fue el 2016. Un año que trajo importantes variantes en el ámbito internacional, que por supuesto influirán en América Latina y lógicamente en nuestro país.
Las incertidumbres y las dudas predominan en una primera impresión.
¿Continuará la Unión Europea luego del Brexit Británico? ¿Qué nos traerá la elección de Trump, la renuncia de Hollande y la derrota del premier italiano?
Y en nuestro continente. ¿Qué sucederá luego de la separación de Venezuela del Mercosur, de la muerte de Fidel Castro y la elección de Trump?
De todos los temas acuciantes que acechaban al universo, uno de los principales es la expansión del Islam radicalizado que implica un renacer del terrorismo creando la tragedia de los refugiados del Medio Oriente golpeando las puertas de Europa, atemorizando a sus ciudades motivándoles a opciones electorales de otro tipo de radicalismo. Tomemos como ejemplo dos países de raigambre histórica y con hondo pasado cultural que han visto como en Austria, el renacer de un partido neonazi o como Francia, donde el movimiento fascista de Le Pen cuenta con las mayores posibilidades de obtener primacía en la primera ronda electoral de renovación presidencial.
Dudas e incertidumbre que abren a mayores diálogos, a futuras esperanzas y a la convicción, en la sabia determinación de la mente humana que debe evitar todo sacrificio inútil. Pero esto en más fuente de fe que de realidad.