Abril de 2016

01.04.2016 00:01

La vida es intensa y fugaz. Cuando nos queremos dar cuenta, todo pasó. Lo bueno y lo malo, lo que nos dio alegría o nos deprimió, lo bien hecho y lo mal hecho, el florecimiento de una ilusión y la ilusión marchita, el poder, el éxito, las riquezas y el olvido, los sueños luminosos y la oscuridad de la rutina. Así es la vida; un ir y venir por distintos senderos que nos llevan a metas de esplendores o de sombras.

Lo que importa, lo esencial, lo que da sentido a la existencia, es que todos los días rendimos examen ante la esperanza y no bajamos los brazos, buscamos sostener lo bueno logrado o de seguir luchando para conseguirlo.

Lo fundamental es darle a la vida un sentido ético, que rija nuestra trayectoria temporal con dignidad, prudencia, templanza y honor que son las bases de una vida equilibrada que vale la pena ser vivida.